Ateísmo

      

     Encontrar una definición que contenga todo lo que ateísmo significa resulta una tarea de especial dificultad, debido a que más allá del concepto etimológico o teórico, el cual presenta diferentes complicaciones a causa de que durante los años la concepción del término a variado, también se percibe, en cierto grado, un espacio donde interviene lo personal y psicológico.

      Evocando el conocimiento teórico del término se llega a la siguiente definición: El ateísmo se entiende como la negación del teísmo, lo que significa que se opone a la creencia en la existencia de un Dios, personal y trascendente, que actúa sobre el mundo que Él mismo ha creado. En un sentido más amplio se puede decir que es la no creencia en deidades u otros seres sobrenaturales. Se reconocen como ateos tanto a quienes explicitan la no existencia de dioses, como aquellos que, sin creer en su existencia, no tienen evidencia ni convicción para su refutación, esto no implica necesariamente no pertenecer a ninguna religión; existen religiones que niegan la existencia de dios o no mencionan la existencia de dios alguno como el budismo y que, por consiguiente, son ateas o más correctamente no teístas.

     El término ateísmo proviene del adjetivo griego ἄθεος (átheos) que significa “sin Dios”, siendo a- la partícula negativa ‘in-’ o ‘sin’; y theós: ‘dios’. El uso de este término  en griego antiguo iba desde el sentido más o menos literal de «no creer en los dioses» o «abandonado por los dioses», hasta sentidos más metafóricos como «malvado, infame, impío, desgraciado», que se entienden en el seno de una sociedad profundamente teísta.

     En la Roma antigua, se utilizaba para designar a todo aquel que no creyera en los dioses del panteón romano, en particular a los cristianos.

A raíz de la confluencia de las religiones en el mundo, el sentido etimológico de la palabra tomó todo su significado para aplicarse a todos los dioses, ya que parecía injusto designar ateístas a quienes creían en cierto Dios, razón por la cual el término se limitó a las personas que no creyesen en ningún Dios. Actualmente ya no se usa el adjetivo ateo para designar a los que no creen en unos dioses aunque crean en otros.